Lo único más bonito que un gato es la versión diminuta de un gran felino. En serio, ¿qué tan increíble sería tener un pequeño gato salvaje?
Sin embargo, no existen demasiados gatos que se ajusten a este tipo de necesidades, a menos que te aventures en el mundo de las razas exóticas.
El problema con las razas de gatos exóticos es que, aunque la idea de tener uno es ciertamente atractiva, a menudo es ilegal mantenerlos como mascotas. Y hay una buena razón para ello, ya que no existen muchas razas exóticas domesticadas.
Sin embargo, la buena noticia es que, si deseas tener uno, puedes encontrar algunas razas exóticas pequeñas cuya tenencia es legal.
En esta lista encontrarás 10 de las más populares, pero ten cuidado, son caras y a menudo difíciles de cuidar.
Lince o gato montés
El gato montés es popular porque, cuando es criado desde pequeño, establece un fuerte vínculo con sus dueños.
Esto hace que se comporte como una versión gigante de un gato doméstico común. También pueden relacionarse con perros, otros gatos e incluso con cerdos, siempre y cuando hayan sido criados con ellos.
Sin embargo, el mayor inconveniente es que el gato montés puede matarte si así lo desea. Por supuesto, las muertes relacionadas con gatos monteses son raras, pero siempre existirá la posibilidad de que tu gato se salga de sus casillas, y te cause un daño enorme a ti o a un miembro de tu familia.
Serval
También conocido como gato Savannah, el Serval es básicamente un chita en miniatura. Tiene patas largas y grandes, orejas puntiagudas y están cubiertos de manchas negras, por lo que es probable que la gente se asuste mucho, si llegan a ver alguno por ahí.
Lo cierto es que, no hay mucho que temer de este felino, ya que nunca se ha registrado una muerte humana a causa de un serval.
A este gato le interesa mucho más los pájaros y los ratones -o su comida húmeda-, por lo que tendrás que tener cuidado con la sobrealimentación, ya que es una raza propensa a la obesidad cuando se mantiene en cautiverio.
Lince canadiense
El lince canadiense es muy parecido al gato montés, pero con dos diferencias fundamentales:
No desarrolla un vínculo tan estrecho con su dueño, y tampoco es tan propenso a los arranques de furia. Lo único que quiere es que lo dejen en paz.
Este gato es un increíble escalador, por lo que necesitarás varios árboles para gatos de gran altura para tu casa.
Pasará la mayor parte del tiempo holgazaneando desde la percha más alta que encuentre, pero no te preocupes, tú sabrás que se encuentra allí, pues muda con bastante frecuencia.
Lince siberiano
Pariente cercano del lince canadiense, el lince siberiano es mucho más grande, ya que puede pesar entre dos y tres veces más que su primo.
Por suerte, se comporta de forma muy parecida a los perros y puede ser extremadamente extrovertido y cariñoso.
También le encanta recorrer tu casa a gran velocidad, derribando cualquier cosa que se interponga en su camino. Afortunadamente (o desafortunadamente dependiendo cuando duermas), la mayor parte de estas correrías las hacen a altas horas de la noche, ya que esta raza es mayoritariamente nocturna.
Gato pescador
El gato pescador es un raro felino que por instinto necesita chapotear en el agua, así que, en caso de tener uno, deberás invertir en una o dos fuentes que cubran sus necesidades.
Sin embargo, es una especie en peligro de extinción, por lo que probablemente es mejor dejarlos en manos de los conservacionistas.
Aunque su posesión es legal en muchos países, a nuestro criterio, es una muy mala idea desde todo punto de vista, intentar conservar este gato como mascota.
Primero, porque como dijimos antes, es una especie en peligro de extinción, y segundo, porque no ha sido domesticado en lo más mínimo.
Así que, lo más probable es que te vea como una presa potencial que, por alguna extraña razón, le lleva comida todos los días.
Ocelote
El ocelote más famoso fue el que Salvador Dalí tenía como mascota, llamado Babou.
Dalí llevaba a este gato con él a todas partes, incluidos los restaurantes y no era muy receptivo a las críticas contra su gran gato.
Probablemente tuvo suerte de que Babou nunca mutilara a nadie, porque la personalidad de un ocelote no es tan mimosa como su apariencia.
Estos gatos gruñen, se ensañan y rechazan cualquier intento de frenar su comportamiento salvaje, y por si fuera poco, tienen un olor bastante desagradable.
Montés sudamericano o gato de Geoffroy
Si deseas un gato salvaje que no suponga una amenaza para tu familia, el Gato de Geoffroy es una gran elección. Pesa entre 2 y 4 kilos cuando es adulto, por lo que la única forma de que te mate es a base de cariño.
Sin embargo, no le gusta las personas, en realidad no le gusta nadie. Este gato se mantendrá al margen en la medida de lo posible, por lo que, aunque compartas tu casa con uno, apenas podrás verlo.
Lince Caracal
El caracal es una especie de cruce entre serval y lince, aunque tiende a ser más accesible que cualquiera de estas dos razas.
Se comporta como un gato doméstico de gran tamaño, lo que lo convierte, en una de las especies de esta lista, que mejor se adapta a la vida como animal de compañía.
Sin embargo, todo el juego y el afecto que les ofrezcas tiene que ser entregado en sus propios términos.
No puedes acercarte y acariciarlo sin más, o, Dios no lo quiera, levantarlo, porque te pondrá rápidamente en tu sitio. Además, sisea, lo que puede ser extremadamente espeluznante.
Gato de la jungla o Felis chaus
Este animal parece un gato doméstico demasiado grande. Originarios de Asia y Egipto, el gato de la selva es una criatura extremadamente nerviosa, incluso cuando lleva varios años viviendo en la misma casa.
Es de esperar que salga corriendo hacia el escondite más cercano cada vez que ocurra algo inesperado.
Le gusta estar solo, por lo que no es una buena opción para dueños de gatos necesitados. Prefiere los espacios exteriores cerrados, así que, si puedes cercar tu patio, ése sería el mejor lugar para tenerlo.
Leopardo asiático
En realidad, el gato leopardo asiático no es un leopardo, aunque lo imita muy bien.
Se trata de un gato mucho más pequeño, más o menos del tamaño de un gato doméstico medio, y son los antepasados de la popular raza Bengala.
Este gato puede ser una buena mascota, pero sólo si se le socializa adecuadamente desde una edad temprana.
Incluso en las mejores circunstancias, necesitará pasar mucho tiempo a solas, por lo que debes evitar abrumarlo con demasiado afecto.
Adoptar un gato común sigue siendo tu mejor opción
Aunque todos estos gatos exóticos dan mucho que hablar, la mayoría no son buenas mascotas y, de todos modos, son animales que prefieren estar solos y en libertad.
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Por lo tanto, es mucho mejor rescatar un gato común de un refugio local, que desembolsar miles de dólares para traer a casa un gato salvaje, que probablemente no desarrollará ningún tipo de vínculo afectivo contigo, como lo hace un gato doméstico normal.